- ¿No has pensado nunca en las vidas de las cosas olvidadas?
- ¿Cómo?
- Vi un pañuelo asomado al charco, donde se pierden las certezas, y cuando estaba a punto de saltar desde la acera una brisa se lo llevó por el aire y como dos aristogatos sobrevolaron los tejados de París trazando una misteriosa coordinación con la música de Debussy que se escapó del concierto uniéndose a ellos.
- Y ¿donde están ahora?
- Allí, en todo lo alto de los sueños.
- ¿Subimos a soñar?
- Vamos.
- ¿Sabes?
- ¿Qué?
- Nos olvidamos de pagar.
11 commenti:
Ohhh, llevo un tiempo leyéndote y lo cierto es que es un placer hacerlo. Creo que me apunto a irme también a soñar.
Felicidades por el blog.
con ese planteamiento...nadie puede resistirse subir...hasta la picota de la torre
:) gracias
París y Debussy :)
Los sueños suenos son ...la vida es sueño ...entonces soñemos y hagamos los sueños realidad.
Besos de MA.
El blog de MA.
¡¡Qué bueno!! y encima el café gratis jajajajaja
¡lo conseguiste!!
Al final encontraste tu historia particular para la frase...
Sería estupendo ser capaz de seguir el camino de esas cosas olvidadas que invitan a soñar... Tu taza sigue llenándose de días fríos cuando vuelvo a ella... Espero que los sueños nunca bajen del tejado.
Cuando algo no tiene precio nos olidamos de pagar ;) Me ha encantado la entrada, es peciosa, sutil, dulce y profunda. Me recordó a aquel diálogo :
-"¿Y dónde está ahora?"
- "Seguirá bailando en la azotea. Yo nunca estuve a su atura" :)
Un abrazo enorme!!!
Favole
Seguimos soñando :)
Esos olvidos... ¿serán por el amor?
Me gusta subir a soñar, aunque sea un ratito. Me apunto, a ver si recupero ese placer así, de paso ¿Qué sería de la vida sin poder soñar? :)
Los sueños tienen que estar ahí, bien altos, en los tejados de París... yo también quiero soñar :)
Hay momentos mágicos y tú tienes la facultad de hacer magia con las palabras. ¡Eres muy grande!
Besotes.
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