El vaho de su respiración empañaba el cristal y con la yema del dedo quiso limpiarlo, pero entonces comenzó a dibujar sobre el vapor, su nombre.
En su mente resonaba aún la música del último concierto en que actuaron juntos.
Su mano lleva instintivamente el ritmo de los acordes, mientras junto al acompasado toque de los dedos silba las notas de aquella sinfonía, cuando de repente el sonido de dos palabras le despertó de su sueño.
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O puede que aquel tren le llevase a uno.
2 giorni fa
7 commenti:
O puede que lo estuviese viviendo.
:)
Dos palabras, ya sabes ;)
lo de las dos palabras....me dejó muy pensativo....
Aquel tren le conducirá a un sueño... ¡seguro!.
Un viaje se prepara siempre con unas espectativas y, en éste, seguro que se cumplen todas... ¡¡¡Lo deseo!!!!
Muchos abrazos Carlos.
Me gustan tus prosas
un saludo desde Colombia
o tal vez al despertar siguio soñando para siempre..saludos
sendadelnahuel.blogspot.com
Hacía días que no te leía tan a gusto como hoy.
Un abrazo, Carlos.
Me uno al comentario de Paula: seguramente ya lo estaba viviendo :)
Un saludo.
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