13.2.12

Ella, la última palabra

- ¿Siempre tienes que tener la última palabra?
- Sí, porque soy padre.
- ¿Siempre tienes que tener la última palabra?
- Sí, porque soy tu hermano.
- ¿Siempres tienes que tener la última palabra?
- Sí, como representante de la tradición.
- ¿Siempre tienes que tener la última palabra?
- Sí, porque pagué mucho por ti
- ¿Siempre tienes que tener la última palabra?
- Sí, porque soy tu chulo.
- ¿Siempre tienes que tener la última palabra?
- Sí, porque el cliente siempre la tiene.
- ¿Siempre tienes que tener la última palabra?
- Sí, porque soy policía.
- ¿Siempre tienes que tener la última palabra?
- Sí, porque soy tu abogado de oficio.
- ¿Siempre tienes que tener la última palabra?
- Sí, porque soy juez.
- ¿Siempre tienes que tener la última palabra?
- Sí, porque es el capo de esta celda.
- ¿Siempre tienes que tener la última palabra?
- Sí, porque soy el médico de la prisión.
- ¿Siempre tienes que tener la última palabra?
- Sí, porque soy tu casero.
- ¿Siempre tienes que tener la última palabra?
- Sí, porque soy tu jefe.
- ¿Siempre tienes que tener la última palabra?
- Sí, porque sin papeles no tienes trabajo.
- ¿Siempre tienes que tener la última palabra?
- Sí, porque aquí los extranjeros no tienen sitio ni palabra.
- ¿Siempre tienes que tener la última palabra?
- Sí, soy bombero, intenta levantarte.
- ¿Siempre tienes que tener la última palabra?
- No, esas te pertenecen a ti.
- Gracias, eres la primera que me la concede. ¿Cómo te llamas?
- Muerte.

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17 commenti:

Noelplebeyo ha detto...

para usarlo en alguna campaña de concienciación con los alumnos...con tu permiso

Jan Lorenzo ha detto...

Que pasada!! Llego tarde a leerte el relato de la semana pasada, pero no he podido pararme a leer antes esta... Preciosa, como siempre. A ver si me sale algo a mí.

Besines de todos los sabores y abrazos de todos los colores.

P.S. Voy a leerme el otro!

Pedalier ha detto...

Un texto tan brutal como cierto. Enhorabuena.

Nos leemos.

María Sur ha detto...

Impresionante Carlos. Leer tu texto da una especie de claustrofobia y unas ganas enormes de luchar contra eso, a veces necesitamos tener la última palabra, aunque sea para decidir sobre nuestra vida ¡Y que ironía descubrir en un texto que cuando eso ocurre quizás es ya demasiado tarde!. Aún no he tenido tiempo de escribrir sobre la frase. Pero seguro que me inspiras... siempre lo haces....

Teresa ha detto...

Habría que ir borrando cada una de esas afirmaciones e inventar un mundo en el que existiese, al menos, la duda. Me ha gustado tu texto, por lo que tiene de real y lo que impulsa a querer anular (o intentarlo) ese modo de ver las cosas. Un abrazo azul

Towanda ha detto...

Jolínes, que tarde muchos años en concedernos la palabra...
Uf, ¡angustioso!
Besos, Carlos.

David Cotos ha detto...

Excelente.

Charlie P. Raven ha detto...

Genial!!! El final me encantó. Y es la verdad, en la vida aquel que tiene o cree tener autoridad nunca va a perder

Utopia de sueños ha detto...

Muy bueno. Ciertamente hay muchas personas con 'derecho' a la ultima palabra. Pero ese final es demoledor.

Un abrazo

www.utopiadesueños.com.es

Metalsaurio ha detto...

Para uno que deja hablar...mira quién es! jajaja!

Un saludo, genius!

Anonimo ha detto...

Genial. Es muy rotundo, pero eso le da fuerza y realismo.
Extraño el mundillo cuentacuentil. De vez en cuando me paso, leo la frase de la semana, pero no consigo sacarle más palabras. Espero volver algún día...

Malena ha detto...

Madre mía Carlos. Te sales.

Jara ha detto...

Al menos tuvo su última palabra, y supongo que aunque suene cruel será el mejor momento para tenerla.

El mundo de Yas (Andrés) ha detto...

Me lo estaba oliendo... la muerte... je. Muy bueno, más por el texto por el significado. Felicitaciones. Mundoyás.

Paula ha detto...

Qué pena que sea tan cierto. Y cuando parecía que mejoraban las cosas... Qué macabro!
:)

Esther ha detto...

Estamos dominados, cuando no es por un pito es por una flauta y luego... qué puedes esperar.

Chulísimo :) Me ha encantado.

Verónica ha detto...

Cada vez que caigo por aquí me llevo una sorpresa ....

Espero, de verdad, que cuando mi peque tenga unos años más no sea necesario leerle tu reflexión. Lo espero de verdad de la buena ...

Un beso