22.3.09

Cronopiolato III

El invierno trae el gris de un cielo húmedo y una ciudad hastiada. Un viento gélido se abraza a ella envolviéndola en una oscuridad sin tiempo. Pende inerte del techo de la habitación la bombilla sin que una mota de polvo ose cruzar el espacio vacío que se extiende ante mi. Silencio parece decir el televisor atrapándome en su pupila. A través de la ventana del busco un sol que me prometa un amanecer. No se escucha nada, ni un ruido. Ni una luz. El hotel parece vacío.
Fue entonces cuando sentí como algo tiraba de mis piernas hasta quedar colgado boca abajo. No podía ver quién o qué era lo que me sujetaba, pero sin tiempo a que pudiera decir nada me tumbaron sobre la mesa. Es curioso, no siento dolor y sin embargo acaban de cortarme los brazos y en varios trozos las piernas. Me arrancan la columna de cuajo y arrojan el resto del cuerpo por la ventana. Sobre el asfalto soy devorado por varios gatos.
Ahora me gustaría despertar, pero no consigo abrir los ojos.
Por fin puedo abrirlos! Pero… ¿Dónde estoy?

15 commenti:

Té ツ ha detto...

Te leo bajo un espléndido sol de primavera y, sin embargo, puedo sentir el viento gélido e invernal que envuelve tu relato. Felicidades.

Anonimo ha detto...

¡En un sueño! O eso espero... :S

Me ha recordado muchísimo a la película "Hostel" cuya segunda parte me niego a ver... ¡qué yuyu!

Un besote!

Sureña ha detto...

Lo curioso es cómo nos has contado alto tan macabro y lo has sabido hacer con ese encanto que te caracteriza. Sin casi darnos cuenta de que el protagonista acababa de ser descuartizado en vida.

¿Dónde estará? :)

Besos

Brujita ha detto...

auf.. que angustia mientras te leia, pero como me has enganchado... es genial

besines embrujados

Noelplebeyo ha detto...

despedazado y dentro del estómago de mí, soy gato y allí te guardo.

Soberbio.

Eria.. ha detto...

¿Cómo es posible que cuentes con esa naturalidad cosas tan macabras?Es que lo bordas... y mi cabeza se va a una autopsia, a un robo de organos vitales... ay, no se. Besitos varios.

Dama Blanca ha detto...

Dios, qué angustia he pasado xDD menos mal que al final (o así lo he entendido yo) era un sueño.

¡Un saludo!

Esther ha detto...

¡Qué sangriento! Menos mal que parece que era un sueño.

¡Muy chulo!
------------------------------------

¡Ja,ja! Lo de la pajita es verdad: no suelen tomarse así las cañitas. Pero, me dijeron que es nuestra mente la que pone los límites. Seguramente tienen razón. Y como poderse, pues tb se puede ¡Je,je! Así, mejor, con todo. Creo que a mi tío no le debe de importar :P De todas formas, he andado bastante despistadilla.

Saluditos.

Anonimo ha detto...

Que malo sueño, pero me recuerda un libro de S. King, mucha suspence, y mistero.... Bravo! Un besito

Unknown ha detto...

Ay... mejor ni pregunto dónde estás porque es un infierno vivo lo que nos has contado y me ha dado mucho miedo :$
Eres tremendo con estos cuentos, me dejas los pelos en punta! ;)

un beso ronroneado en mi abrazo

Paula ha detto...

Cada palabra me ha ido angustiando un poquito más! Un cuento muy expresivo.

Por cierto, me encantan las fotos. Sobre todo la de la botella azul.

Saludos!

AdR ha detto...

Estyo de acuerdo con Eria, lo cuentas con tanta naturalidad que hasta acaba por gustarme el dolor y el ser devorado.

¿Magia? :) Sí.

Abrazos.

Anonimo ha detto...

Pero...¿Dónde estoy?

Bajo el mármol del Cronopio que ahora custodia tu sueño de muerto...

Sigues teniendo ese toque que tanto me gusta, confiesa... lo escribiste de paseo por uno de esos cementerios que inspiraban a aquellos autores románticos ^^

Este tipo de relato es tu fuerte

Un beso

pati ha detto...

Él quizá no sintiese nada, pero a mí me ha sobrecogido este relato, Carlos... Angustioso saberse devorado por los gatos pero mucho más lo es despertar y no saber en donde se está.

Eres increíble.

Un beso :)

Io ha detto...

A mí no me importaría ser devorada por gatos :D Todos deberíamos pertenecer a la cadena alimenticia. Nosotros nos la hemos saltado a las bravas. Nuestro cuerpo bajo tierra no sirve para nada.

Si hay gatos hay vida.

Me sigue encantando la forma en que te funciona la cabeza.

Besos!