Se cayó. La pirámide de naipes que había ido construyendo se desmoronó como sus sueños una vez mas, sobre la mesa del bar sin ruido alguno. Contempló la escena durante unos segundos, no se rendiría. Apuró el café calentito y se disponía a coger su violín para pintar de música el frío de la ciudad.
Cae la tarde, como un tetris que fuera ajustándose al contorno de los edificios. Por unos momentos se siente con ese poder mientras observa el reflejo del barrio en el escaparate de la librería. El sol apenas le permite distinguir los libros allí expuestos. Le da igual, está escribiendo el suyo en ese momento con tinta de la imaginación.
El tropiezo de un peatón le hace tambalearse aquel momento y, como el castillo de naipes, éste cae sobre la realidad. Y en ella, en la realidad posa su sombrero mientras ajusta el violín, coloca su atril y sobre el las partituras.
Las primeras monedas tardan en llegar, pero lo que sí llega a sus oídos es otro sonido diferente de los cotidianos de la ciudad. Deja de tocar un instante y puede oírlo con más nitidez. Efectivamente, la melodía que escuchaba provenía de un saxo que sonaba unos metros calle mas abajo. Se acercó unos pasos y allí la vio por primera vez. Su música iba trazando su figura, con ella se cerraban los años, los días, las horas, se iban cerrando al compás de sus notas los recuerdos de la memoria dolida que una y otra vez le hacían caer. Sus dedos parecían laberintos de los que la música no quería salir.
Sin apenas darse cuenta se vio tocando la misma melodía junto a ella.
La gente que discurría de un lado a otro de la calle fue poco a poco deteniéndose ante ellos. Mientras la noche iba emergiendo de entre las luces, curiosa ante quienes les habían arrebatado su silencio.
No podía dar crédito a lo que estaba sucediendo. Ante ellos la gente permanecía en un extraño estado de inmovilidad, como si fueran estatuas. Y la ciudad iba transformándose. Como si de un tetris se tratara iban cayendo piezas de un puzzle que iban creando un paisaje mágico.
Miró a ella y ella asintió con la cabeza, estaba viendo lo mismo que él.
Han pasado varios días y aquel fenómeno volvía a repetirse cada vez que ella aparecía y tocaban juntos aquella melodía.
Quiso en ese tiempo que las personas mas allegadas a él fueran testigos o dieran crédito a lo que sucedía en ese momento, pero era inútil porque igualmente permanecían inmóviles para posteriormente no recordar nada. La recaudación aumentaba, pero ni ellos podían acceder a ese paisaje ideal.
Esa noche, cuando ya recogían y antes de despedirse, él quiso romper aquel mutismo que siempre le envolvía. Hasta ahora se habían comunicado sin palabras, tan solo con la mirada y la música.
Cuando de repente...
El camarero le movió suavemente el hombro
.– Eh, oiga, disculpe, he de cerrar ya –
.– ¿Qué? – Dijo él despertándose – Ah sí, perdone, me quedé dormido… - En ese instante no pudo seguir hablando. Sobre la mesa, se erguía intacta una pirámide de naipes y al lado un libro, cuyo autor era él mismo.
.- Se lo dedicaré a ella - Pensó mientras se perdía por el boulevard.
3 giorni fa
25 commenti:
me encanto, que buen final, que imaginacion la tuya...te felicito....te espero como siempre, nahuel
hermoso relato, y magnifico final, muchas gracias
Qué bonito sueño o realidad!!!! y el tetris me ha encantado...
felicidades
Vivir en sueños tu historia o la que te gustaría que fuera tuya... qué maravilla.
Ese momento de silencio y quietud ante la música me parece maravilloso... si nos detuviéramos a observar y escuchar de vez en cuando...
Besicos
Te debo un relato de cosas que caen :)
Mientras te leía, los estudiantes de música de la primera planta del edificio donde trabajo me han regalado una de sus mejores piezas.
Gran momento
Si tuviera que señalar lo que me ha gustado del relato, tendría que hacer un cortar y pegar de todo así que me limito a decirte lo de siempre: ¡Genial!
¡Qué preciosidad de relato!
Les he visto, y yo también me que quedado como una estatua mientras les escuchaba.
Y el final es una agradable sorpresa, de las que te dejan una sonrisa en los labios.
Enhorabuena!
Un montón de besos.
Con tus palabras transmites tantas sensaciones, que es dificil de expresar los sentimientos con otras palabras.
Un relato magnifico y lindo.
Un Saludo y hasta la próxima.
Magnífico y muy bello desde el principio hasta el final.
Me estoy haciendo adicta a tus palabras,a tus relatos.
Un abrazo.
Mer
La idea del tetris me ha parecido muy gráfica y, por descontado, muy original... pero ese final tan mágico, tan suave... me ha ganado ;)
impresionante! me ha encantado. he ido imaginando paso a paso todo lo q describías y yo también me he quedado de piedra leyendo el final. muy bueno!
saludos!
Precioso. Gracias.
Precioso.
Realmente precioso.
Qué placer leerte, Carlos!
Me gusta ese momento en el que el sueño se desvanece al querer tocarlo...
Un beso :)
Me encanta ese potencial que posees, juegas con nuestra imaginación de una manera tan especial...
Excelente esta entrada como todas las demás y el final no podía ser mejor, bárbaro...!!!
Besos,...!!!
Qué bonito! querido amigo, adoro tus relatos!!! me encantan, transmites tanto...
Te mando un beso enorme
Que bonito... vivir en sueños. Besitos varios.
Y cierto es que escribir nos guía cuando mantenemos cerrados los ojos.
Las letras se mecen al compás de una eterna melodía y las palabras se convierten en acordes.
Que tiemble Pachelbel, que has venido a componer el nuevo Canon con este relato.
Un abrazo.
Desde luego que este me gusta más que el de hombre lobo ;)
Y es que, aun en sueño, qué sería de las calles (sobre todo en invierno) sin los músicos. Amenizan el ritmo de la ciudad, hasta de la misma gente y, aunque la mayoría no se den cuenta, crean una sensación como de paz.
Vaya buen libro escribe, yo me lo compraría.
Saludete.
Buen giro final! me ha gustado! has logrado variarlo!
Me alegra ver que han vuelto a ti! yo espero dar con ellas!! ;-) ejejeje! (pero llegarán!)
Besines!
Carlos, cariño, ahora me ha entrado el miedo escénico y no sé que ponerte.
Pero en esencia vengo a decir que estoy, que llevo mucho tiempo estando y que seguiré siguiéndote la pista por cualquiera de los derroteros a los que te lleve el paso del tiempo.
Besittos (con doble T)
Hola, Carlos:
Tengo que decir que me ha gustado un montón. Los sueños, la imaginación, la mente, son capaces de llevarnos por paisajes de lo más variados, paisajes de vida. Ya lo leí en un libro "la mente es poder" ¡Cuán cierto!
Saluditos.
Carlos... no dejarás nunca de sorprenderme. Este relato me ha tenido pegado a la silla y con los ojos como platos. Me gusta mucho tu manera de describir y tu facilidad para llevar el hilo de la historia, sin dejar entrever el final... sorprendente -y precioso- final.
Enhorabuena.
Un castillo de naipes desmoronado, un laberinto... ¿inconcluso por el sentir?
La imagen del final, con el castillo levantado y su libro al lado, es muy de bodegón esotérico.
Una parte de mí ha viajado al pasado.
Abrazos
S-U-B-L-I-M-E. Me ha encantado. De lo que no hay duda es de que tu tintero de la imaginación está llena de tinta de buena calidad. ¡Qué preciosidad! He logrado sumergirme en la historia y me he sorprendido mucho con el final...
Al hilo de este post me he acordado de uno que preparé para el "carpe" de antes: http://carpediemdeando.blogspot.es/1242308220/compartiendo-con-vosotros-/
Un beso y muchísimas gracias por la recomendación. Es verdaderamente precioso. Me encanta la música de tus palabras y también de tus sueños.
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