8.11.08

El cuadro

Era una noche de viernes más. Habíamos quedado en el pasaje y entramos en el Irlandés. El tiempo pasó volando sin darnos cuenta, tanto que entre las "b" de bebidas, bailes y besos, nos pilló el amanecer. Tras despedirnos y ya camino de casa me llamó la atención aquel portal. La puerta estaba un poco entreabierta y llamó mi atención la maleza que se divisaba en su interior.

Parecía un jardín abandonado (¿en pleno centro? Me pregunté) y me pudo mas la curiosidad que el sueño y atravesé la puerta. Al fondo pude distinguir una escalera que en espiral ascendía al piso superior.
El silencio podía cortarse con cada paso que daba sobre una madera cuyos crujidos acompasaban el pulso de una curiosidad que iba tornándose en miedo.
El pasillo terminaba en una habitación envuelta en la penumbra. Estaba vacía pero la cama que había en su interior aún estaban calientes. Un armario cerrado y un cuadro sobre la pared completaban el mobiliario. Quise salir de allí cuando escuché un ruído en su interior. El ruído se repetía entre pausas de silencio.
Abrí con cuidado el armario y el pájaro se llevó mi corazón en su vuelo del susto que me llevé. El pájaro fue dándose golpes por toda la habitación hasta que encontró la salida. En uno de ellos hizo que el cuadro terminase por caer, rompiéndose al tocar el suelo. En ese momento me fijé en el lienzo. Era de una mujer.
Y de repente de entre la desvencijada pared una mujer iba apareciendo, mientras percibía un extraño olor a óleo en mi piel.
Tan absorto estaba contemplandola que no me di cuenta que el marco del cuadro iba recomponiédose y elevándose tras de mi.

9 commenti:

Isabel Tejada Balsas ha detto...

Me encantan tus historias, pero es que los finales son soberbios *.*

¿Sabes de quién es la foto? me ha encantado *.*

Besos asombrados .*

Alicia. ha detto...

Preciosa historia. Me gusta mucho como escribes.
Parece que la mujer atrapada en el cuadro finalmente ha podido escapar.

un beso.

Óscar Sejas ha detto...

A tomar por saco...por cotilla condenado a vivir en un cuadro y la mujer libre cual ave...

Todo era un ardid del destino, ¡maldita sea!, ¿cómo no fuiste capaz de verlo?

Ahora tendremos que ir al Prado a visitarte porque no eres más que un cuadro...

¿Los cuadros pueden escribir verdad? Pues sino pueden más te vale que vayas saliendo de allí.

Un abrazo.

Rebeca Gonzalo ha detto...

¿No sé qué tienen tus historias que siempre se hacen cortas porque uno se sumerge en ellas desde la primera palabra? La fotografía muy acertada y preciosa, acorde con la historia y la maestría de su creador.

La curiosidad mató al gato por lo que veo. Me recuerda vagamente a tu historia de hace unas semanas del libro y el banco, no recuerdo el título. Supongo que por lo cíclico de ambas.

Anonimo ha detto...

:-O

Y que eso te pase precisamente la primera vez que ALGO pudo más que el sueño (tú ya sabes porqué te lo digo, ejemmm...) :P

La historia me ha encantado, pero mucho, mucho, muuuuucho, eh! ;)

Eria.. ha detto...

Tendrás que esperar a que alguien suba otra vez la escalera , entre en esa habitación y observe el cuadro para desdibujarte... me encanran tus historias. Besitos varios.

Anonimo ha detto...

Muy bueno! Muy original

Dibújame una sonrisa... ha detto...

Genial!! clima mantenido de principio a fin! aunque yo no podré rescatarte...no me gustan mucho las escaleras de caracol..(perfecta para una historia de intriga) creo que no habría llegado a subirla! XD
Besines!

María José ha detto...

¿cómo puedes escribir estas cosas tan....? no sé como expresarme.
me cautivas desde la primera frase.
Sencillo como siempre y genial como nunca.