¡Soy el mendigo que sólo acepta sueños!
Grité con todas mis fuerzas. Y lo hubiera hecho siempre de saber lo que acontecería a continuación.
Ese día estaba deambulando por el callejón mientras unas manzanas más arriba una pequeña aguardaba junto al viejo pozo, ya seco, de la escuela que sonara el timbre de salida. Aquella mañana no tuvieron clase a última hora porque no se tenían noticias de la profesora de lengua. El murmullo en la escuela presagiaba que sería un rehén más, pero nadie se atrevía a decirlo en voz alta. Los secuestros y disparos en la zona eran tan cotidianos como el mismo sol. Tanto que los pequeños ni se inmutaban cuando sucesos como este ocurrían.
Cuando sonó el timbre se apresuró hacia la puerta dispuesta a recorrer una vez más la ruta que desde hacía pocos días recorría ya sola, sin la compañía de su madre. Seguía en su caminar los consejos que le habían dado, no hablar con desconocidos y no desviarse del camino bajo pena de no volver a regresar sola.
Pero al oír aquella frase se detuvo y fue en busca de quien la pronunciaba.
- ¿Vas a darme uno, pequeña?
- Solo tengo uno – Respondió ella.
- ¿Uno sólo!? – Le inquirió asombrado el mendigo.
- Sí, quiero ser escritora. Pero no me dejan aprender a leer ni escribir – Dijo la pequeña mostrando en su rostro la decepción que ello le producía – Le regalo mi sueño, a mi no creo que me sirva de mucho – Y prosiguió su camino.
Nunca más supe de ella, dicen algunos que emigró con su familia, otros que la raptaron, el hecho es que obtuve cientos de pistas que no llevaron a ningún sitio. Lo único que se conservaba de aquel momento era la pared semiderruída del callejón sobre el que vivió aquellos años en que creí perder hasta el sentido de vida.
Un loco me llamó mi padre cuando supo que quería ser escritor. Desheredado y sin fondos, me vi de la noche a la mañana en aquel callejón transformado de escritor en mendigo. Pero mi orgullo no aceptaba limosnas. Me habían despojado de un sueño y estaba a punto de perder la capacidad de soñar. Cuando aquella tarde lleno de rabia lancé aquel grito tras el cual entre lágrimas y alcohol sonreí. Y fue entonces cuando la ví. Detenida frente a mí, aquel pequeño ángel me regaló el sueño más hermoso de mi vida.
A raíz de ese momento las cosas empezaron a cambiarme, pude finalmente escribir un libro al que siguieron muchos más.
Desde entonces mi vida no tiene otra meta que dar con ella.
Hacer que se cumpla su sueño.
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5 settimane fa
12 commenti:
Y su sueño se cumple cada vez que las letras brotan de los dedos tras haber pasado previamente (imprescindible) por el corazón..
Además de cuentacuentos...cumplesueños!!
Besines!
No dejes de buscarla....
Precioso Carlos!!!
Besicos
A veces perseguir los sueños y conseguirlos es casi imposible, o por lo menos a mi me lo parece, pero el mendigo lo logró, gracias a la niña que por culpa de otros pensó que jamás lo conseguiría...
Con esta historia me has hecho meditar que jamás debemos dejar de perseguir nuestros sueños, porque "sólo al soñar, somos libres"...
Besotes, Carlos!
La idea me ha parecido bonita y luminosa, como suele ser costumbre en ti aunque quizá el final me ha resultado demasiado rápido.
¿Dónde está Calamaro? XDDD
¡Un besote!
¡oh!
No encuentro mucha conexión entre los secuestros y luego el mendigo... es como si me faltase un trozo ahí...
Pero me gustó, como todo lo que escribes. El sueño de ser escritor, regalado a un mendigo que era precisamente lo que necesitaba.
Saluditos!
¿Sabes? El principio me recordó un poco a mi historia del profesor que secuestra a la niña porque cree que es la hija que su mujer se llevó ha años... ^^
Después... me he rallado un poco con una frase: "de la escuela que sonara el timbre de salida", es que a mí me falta un "a", ¿no?. "a que sonara...". Bueno, no sé, es que al leerlo en voz alta (ya sabes que yo funciono así, jeje), me da esa impresión, pero a lo mejor son cosas mías y de mi forma de escribir... ;P
Besotes y aplausos!! ;)
Mágico como siempre e increíble como nunca!! Cada semana te vas superando y yo siempre me voy de aquí después de haber leído una obra bien echa...
Me decías que no ibas a escribir y yo te aseguré que sí, me preguntaste porque lo sabía, quieres que te lo diga?? Porque eres un Cuentacuentos y querido, eso no lo cambia nadie...
Besines de todos los sabores y abrazos de todos los colores.
Sublime, sobrecogedor, soberbio, supino... y muy especial. Me ha encantado el cuento Carlos. La idea, el desarrollo, las palabras que has escogido, lo tierno y lo triste que resulta. Gracias por regalarnoslo
Tierno. Alentador. Esperanzador. Me recuerda un poco al mío, no sé bien por qué, quizá por la niña, el agradable mendigo o...
pero un gustito leerte, un pa!!
Muy buena idea, con un toque poético (m eregalo su sueño y lo cumplí y ahora tengo que encontrarla). Te animo a que ensanches el relato, da para mucho.
Una preciosidad, para variar :)
Un abrazo,
Pedro.
Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe, 5
y en cenizas le convierte
la muerte, ¡desdicha fuerte!
¿Que hay quien intente reinar,
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte?
Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.
Yo sueño que estoy aquí
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.
:)
Un abrazooooooooooo!!
Perdón por la tardanza en venir a tu morada, no tengo excusa...ya ya....
Precioso cuento, como todo lo que escribes.
Yo quisiera tb que me regalaran un sueño, aun cuando luego tuviera que devolverlo, o regalarlo. O quizá cn ese sueño podría formar mas..Ando tan escasa de ellos.
Un beso o dos
Aire
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