26.11.07

Ilusiones rotas


El niño debe ser protegido contra toda forma de abandono, crueldad y explotación.
Entre sus manos sostenía el folleto en que venía dicha frase.
El camión no daba tregua en su recorrido por caminos sin asfaltar y a duras penas podía leer entre bache y bache.
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Aquellas personas parecían buena gente, pensó. Fue él, cuando ellos le preguntaron si conocía donde podían adoptar niños, quien les llevó hasta la aldea.
Nunca se había montado en semejante coche como en el que le trasladó desde el aeropuerto a la aldea. Aún recuerda la cara de sus padres al verle bajar. Cuando todos entraron en casa él fue en busca de sus amigos a contarles la experiencia y lo que le habían contado de juguetes, escuelas y sobre todo que verían el mar. La ilusión invadió la mente de todos los niños que alborozados fueron a decírselo a sus padres y la noticia se extendió por toda la aldea.
Al poco tiempo todos los padres prestaban atención a las explicaciones de quien parecía ser el jefe de los forasteros mientras los niños en primera línea soñaban ya con lo bien que lo pasarían.
La pobreza campaba a sus anchas por el país y más aún en aquel lugar donde el trabajo comenzaba al amanecer y los más pequeños ayudaban en las tareas. Poco o nada podrían oponerse los padres ante tal oportunidad para sus hijos. Recuerda que su madre si lloró mucho y se oponía a dejar marchar a su hijo pero ante la amenaza del padre lo acató con resignación. Ahora se arrepiente de no haberse despedido de ella, pero cuando regresara le llevaría un vestido nuevo para compensarlo.
Esa mañana llegaron tal como prometieron los forasteros, unos camiones que llevarían a los niños al lugar de ensueño prometido.
Nadie de la aldea dijo nada a la autoridad, que se hallaba a medio día de camino, porque como le habían dicho durante el trayecto desde el aeropuerto si adoptaban siguiendo el papeleo de las leyes tardarían años en sacarles de allí. Y además, el gobierno les tenía abandonado porque eran de otra etnia. Así que todo se llevó a cabo con total sigilo.
El camión evitaba las pocas carreteras que atravesaban la región e iba campo a través por lo que mantener el equilibrio no era nada fácil para los niños. En uno de los baches de unos de los laterales cayó el folleto que ahora leía. UNICEF ponía en la portada, y esto sí que alegró al resto porque sí entendían que significaban aquellas letras. Eran las personas que les habían traído las libretas antes de que la guerra les obligara a marchar. Era fantástico volver a verles de nuevo.
En nada les importaba el infernal viaje que llevaban realizado, la ilusión podía con todo aunque la noche caía y poco a poco ellos fueron cayendo también, y acurrucados de cualquier forma en el suelo del camión quedaron dormidos.
De repente el ladrido de unos perros les sobresaltó y despertaron. Habían llegado a su destino y comenzaron a gritar de alegría y abrazarse. Cuando entonces la puerta comenzó a abrirse. La emoción podía verse en aquellos ojitos en medio de un silencio solo interrumpido por los ladridos y súbitamente por unas voces que les apremiaban a bajar deprisa.
La alegría, entre la extrañeza de los niños que no comprendían nada, fue tornándose en preocupación, luego en miedo y posteriormente en tristeza en forma de lágrimas al comprobar que en lugar del mar azul y las casas que serían su nuevo hogar, lo que vieron fueron enormes torres de hierros y llamas por doquier y hombres empujándoles hacia unos barracones. Una hora después el grupo de niños, no mayores de diez años, caminaban en fila y en silencio en plena madrugada hacia los pozos de extracción de mineral mientras un folleto era arrojado al fango.
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A muchos kms de distancia, el presidente del país cenaba en la capital con los jefes de la empresa celebrando la excelente marcha de la producción, en una gala cuyos fondos se destinarían contra la explotación infantil.

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11 commenti:

Anonimo ha detto...

Ilusiones rotas..llenas del fango que originaron lágrimas y los sueños rotos, hechos polvo...

Un fango que por desgracia es base de muchos de nuestros pasos...de muchas de nuestras ciudades...de muchos de nuestros "increibles avances"...

Quizás por eso son tan grises las ciudades..tan gris el poder...tan falto de sueños..de esperanza..y generan esa sensación de ahogo, de opresión...

Besines!

Anonimo ha detto...

Joeeee... Serán hijos de p***!! Es que no se merecen otra cosa!! Te lo digo yo!! Si es que hay que ser cabrón para hacer eso con los niños... Y lo más duro es saber que en algunos lugares del mundo eso sucede y que nadie puede hacer nada...

Muy duro y muy real cielo...

Besines de todos los sabores y abrazos de todos los colores.

Pedro ha detto...

Vaya, dura denuncia. Por la forma y le giro que yo espraba un final feliz con ciertos grises. Siempre que leo algo de este estilo me repito (pero nunca lo suficiente) Hay que aprovechar también los cuentos para denunciar abusos como este, que acurren en más lugares de los que podemos imaginar y con el beneplacito o la indolencia de gobiernos y empresas que solo piensan en su beneficia personal.

¡Ole!

Un abrazo,

Pedro.

Klover ha detto...

Frase difícil, que pide denuncia...y se la has dado. Admiro ese espíritu tuyo de lanzar palabras contra la injusticia, que siempre llega a algún lado.

El comentario es un poco cutre...pero es que parece que tengo una banda de heavy en la cabeza dando porrazos...

Ah! ya veo que tu blog (y en especial el título) evolucionan día sí día también :)

Bueno Carlos, ¡cuídate! ¡un abrazo!

Anonimo ha detto...

Querido Carlos, tu historia me ha recordado varios episodios que por desgracia está ocurriendo cada día y otros que ha sido noticia últimamente.
Por un lado, me ha recordado la locura llevada a cabo por el iluminado Eric Bretau, director del Arca de Zoé y su odisea, en la que casi busca la ruina de cinco españoles.
Por otro, la injusticia realizada por las grandes multinacionales de EEUU, en África y la explotación que están haciendo de los niños en la extración de diamantes.
Para terminar, también me ha recordado la venta de padres en países africanos de niños a las mafias disfrazadas de ONG que están actuando en dichas zonas, con total impunidad.
Muy doloroso el tema de esta semana, demasiado diría yo....
Un fuerte abrazo.

Anonimo ha detto...

Los niños nunca entienden nada, por fortuna no se acostumbran a lo absurdo, que los mayores tampoco entendemos, pero nos empeñamos en mantener.
Esta es una de esas frases que te van como anillo al dedo ;)
Si yo hubiese escrito relato a partir de ella, se lo habría dedicado a los hijos con "negocio familiar". Eso si que es explotación infantil, chantaje emocional y fábrica de tarados.

Un beso

tormenta ha detto...

cuanta hipocresia... se me congela la sangre en las venas.
a esta clase de relatos denuncia no puedo ponerle pegas, admiro que intentes llamar la atención sobre las cosas importantes, la literatura sirve también para eso... en realidad, si lo pienso, sirve "SOBRE TODO" para eso :)
mil besos encanto
pd.erratillas sin importancia: "al poco tiempo en todos los padres prestaban..." y "el gobierno les tenía abandonado"

Anonimo ha detto...

Me parece una historia/denuncia cojonuda. Y es que... puestos a denunciar, criticar y contar situaciones "ocultas aunque sobradamente conocidas a gritos" a partir de la frase de esta semana, no se me ocurre nada mejor ;)

Besotes, aplausos y... feliz semana de turbulencias capullín! ;P

Anonimo ha detto...

Sip, promesas falsas, ilusiones a la mierda, esperanza resquebrajada... Es una putada que se juegue así con la vida de un niño, sólo por intereses económicos y egoístas. Es un buen tema en el que pensar y sobre todo: actuar.

Me ha gustado el relato tío.

Un abrazo!

PD: me ha costado un poco leerlo, en parte por la letra tan oscura sobre fondo negro y en parte por la ausencia de comas... ;)

Luz de Luna ha detto...

Pura hipocresía, muchas veces. Vamos todo mentira.¡Muy buen relato!....Y muy real.

Besitos

Anonimo ha detto...

Joer killo!
El cambio radical que das cuando abren las puertas del furgón me ha hecho recordar las atrocidades que pueden verse en algunas ciudades "progresistas".

Muy buen relato, aunque igual de bueno que de crudo. Has conseguido mostrarlo todo desde los ojos de un menor al que le rompen la ilusión, así como la infancia.

Deberían caérsele la cara de vergüenza a esos desalmados que tratan con los menores.

Un abrazo campeón!