Abrió la puerta muy despacio y contuvo la respiración, el tiempo necesario para degustar el anhelo de la vida evanescente. El peso de la muerte va inclinando su orgullo, pliega las sombras de sus sueños a la voluntad de sufrimientos y olvidos. Cierra los ojos un instante, pequeños puntos de luz pululan por la oscuridad llenos de palabras entumecidas, sin rumbo chocan una y otra vez con los limites del universo contenido en aquellas pupilas apagadas. Raspan la corteza del silencio, buscan cualquier cosa sobre la que ser escritas, mientras él palpa en el interior de su bolsillo el viejo bolígrafo, ya sin tinta, pero no lo sabe y sonríe. Apenas han pasado cuatro segundos desde que contuvo la respiración y cerró los ojos, como una cajita de cuatro lados en donde cabía todo lo que era.
Al otro lado de la puerta la comisión judicial observa al cerrajero como cambia la cerradura de aquél antro, el representante del banco toma nota del mobiliario embargado, una mesa, una silla, una hornilla, .... y cuartillas, infinidad de cuartillas desperdigadas por el suelo. Al abrir la puerta de la única ventana allí existente la ventisca hizo que revolotearan por toda la habitación, y una de aquellas hojas salió al exterior y pareciera que navegara en busca de un viejo escritor que se alejaba calle abajo.
Cuando éste sintió el roce del papel sobre él cogió la hoja, en blanco como el resto, y la guardó en su bolsillo. Lo llamaba magia pero sabía que las palabras ya tenían una nueva historia que escribir.
1 giorno fa
14 commenti:
no hay nada como una mente capaz de crear una historia de un simple trozo de arbol
Creo que así es como nos llega la inspiración, como por arte de magia. Un bolígrafo, una hoja de papel, un globo esquivando a las personas gracias al viento... Miles de historias nos rodean esperando ser descubiertas.
Besines de todos los sabores y abrazos de todos los colores.
Te ha dado últimamente por incluir en tus relatos la figura de un escritor y me encanta el resultado. Quizá de esa primera historia triste del embargo, ese escritor logre sacar un relato más esperanzador.
Besotes.
Lo que daría por tener inspiración, más que inspiración imaginación sin pausas, crear y crear y crear sin parar cosas increíbles y fantásticas.
Y es que tu historía de hoy me dice que de donde sale algo malo se puede sacar siempre algo bueno. Felicidades Carlos. Mundoyás
Son pocas las historias que nacen así: inspiración pura. Y me encanta tu redacción: atrapante.
Me encanta cuando haces estas cosas ;)
Me parece todo un desafío escribir así. Hilando las palabras con tanta imaginación.Un instante que se despide y otro que comienza en una misma historia. ¿ Se hacen malabarismos también con las palabras ? Vaya....
Tú de eso sabes y ¡mucho!.
Un beso muy fuerte, mago (de palabras).
Me encanta lo curiosas que son siempre tus historias. Una inspiración latente en un papel en blanco descubierta al azar por una mente ávida por descubrirla. Muy de tu estilo ;)
Besotes!
Estoy con Sara cuando comenta la curiosidad de tus historias, y es verdad. Últimamente me quedo muy sorprendido por tu forma de escribir (más, si cabe, que años ha), y veo que, aunque siempre utilices el mismo formato de extensión, cada uno de tus escritos consiguen ser muy diferentes entre sí.
Genial. Más que siempre.
Un fuerte abrazo y culmines por doquier!!!
Puxa Carlos!!! ;)
Hell.
Había que salir para volver a entrar...
¿De verdad eres mago?
Un abrazo de siete segundos
Paso tarde a comentarte, pero sabes que me alegra mucho pasar por aquí y leer tu historia.
Me encanta porque de lo cotidiano siempre haces algo especial, y de lo negativo puede sacarse algo positivo.
Muuua!
Hay escritores con muchas hojas escritas y escritores a los que solo les falta coger el boli...es curioso, pero el segundo grupo es más abundante y sus historias a buen seguro no tienen desperdicio.
Buen guiño a la triste realidad de los deshaucios.
Veo que tenía más relatos tuyos pendientes de leer de los que pensaba! Me pongo con ellos!
Un saludo.
La magia perdura! En el tiempo, en el espacio... Y como no, en las palabras. En tus palabras!
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